sábado, 6 de junio de 2020

Educar en tiempos del COVID


Si. Lo sé. He estado muuuy desaparecido.
Las razones os las podéis imaginar. El primer trimestre es el volver, el papeleo y poner toda la maquinaría en marcha. Y cuando por fin tienes todo preparado, has cogido ritmo, los alumnos van respondiendo de maravilla a tu Gamificación… ¡BOOM! El mago oscuro la lía y libera el COVID-19.
 











Hoy escribo porque doy comienzo a un nuevo curso INTEF. Uno de ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) que se complementa perfectamente con el anterior de Gamificación, ya que como vimos, la Gamificación suele ser el envoltorio de un buen proyecto. 

Centrándonos en la entrada de hoy, veremos cómo ha sido la experiencia docente en tiempos de confinamiento, pasando lo presencial al modo online.


Creo necesario partir de la idea surgida hace unos años de que “los ordenadores sustituirán al docente, toda la información necesaria está ya en internet”. Bueno, creo que tras esta crisis sanitaria está bastante claro que eso NO es cierto.


Para empezar, el ser humano es un ser social, necesita estar en contacto con los demás, aprender mediante contacto directo. Si, internet y las redes sociales son un poderoso aliado al aprendizaje. Pero solo eso, un aliado, un complemento. Nunca será el todo.

Si el ser humano no fuese social, no habríamos abarrotado las terrazas en cuanto nos dieron oportunidad. 

Si como adultos tenemos esa necesidad de socializarnos, imaginaos en niños. Su aprendizaje es básicamente por imitación, aprenden de lo que ven, de lo que tocan. Y no solo eso, la figura del maestro va más allá del transmitir conocimientos. En la figura del maestro se engloban aspectos no tangibles, como la paciencia, la confianza en el desarrollo de cada alumno, el adaptarse a las necesidades de cada uno de los alumnos del aula. Y sobre todo, el cariño que los niños necesitan para crecer completos en cada una de las Competencias. Sin esa parte, sin ese afecto que cada maestro da a sus alumnos, sería verdad que trabajamos con ordenadores en vez de con niños.
Pues hay “gurús” que pretenden llegar a eso.

Sin embargo, no podemos obviar la pandemia que se cierne sobre nosotros. La que hemos pasado y la que puede repuntar el curso que viene. Tenemos que estar preparados para volver a teletrabajar. Este confinamiento ha puesto a prueba las habilidades de adaptación de todos. Nos hemos tenido que poner las pilas con las TIC, charlas online, videoconferencias...

Dificultades

Este confinamiento ha pillado a todos los sectores del país en fuera de juego, si me permitís el símil futbolístico. Nadie estaba preparado para pasar tantos días en casa y “trabajando”, para mantener cierta normalidad.

Miles de docentes pasaron de la noche a la mañana de la pizarra y la tiza al ordenador. Un cambio demasiado grande, a priori para ellos. Pero los maestros siempre están a la altura de las circunstancias.


Nos hemos encontrado ante muchas e inciertas dificultades. La primera fue la duración del confinamiento. Pocos pensábamos al principio que fuera a durar más de 3 semanas.Y ese fue el primer reto, asumir que íbamos a estar muchos días sin pisar el aula.

Después, tuvimos que afrontar cómo llegar a todos nuestros alumnos. Alumnos, por supuesto, que no tienen el mimo nivel, ni las mismas necesidades, ni la misma dotación tecnológica en sus hogares.
“Avanzar materia, bueno, avanzar pero no mucho, avanzar solo en lo que se pueda dar online, no avancéis solo repasar”. Este ha sido el itinerario que hemos seguido. Mareados todo el día porque nadie sabía qué hacer.


Para llegar a todos los alumnos en esta nueva situación, los profes nos hemos convertido prácticamente de la noche a la mañana en youtubers, aprendiendo sobre edición de videos, diferentes aplicaciones de subida de archivos… 

Horas y horas más allá de la jornada laboral. Trabajando el doble para llegar a la mitad de alumnado.
Por ello, creo que esta crisis ha sacado aún más a la luz problemas educativos que ya estaban ahí:
  • ·         qué aprender
  • ·       el reto de afrontar el tema de la desigualdad social no solo desde la escuela, sino en la misma sociedad
  • ·         cuál es el papel que debe tener la tecnología en la educación
  • ·         qué importancia real tiene la formación del profesorado
  • ·         cómo evaluar lo aprendido

Oportunidades

Como se suele decir, ante situaciones de adversidad se sale más fuerte. Y lo cierto es que en este caso no queda más remedio ya que se dice que el curso próximo, 2020-2021, va a seguir marcado por el COVID-19. Pese a ello, algunas mejoras hemos podido sacar de este confinamiento. 

La necesidad de autoformación en TICs en formato exprés durante el confinamiento ha sido la primera base para saber utilizarlos de cara al nuevo curso, en el que “se supone” que habrá momentos de teletrabajo. Y en esa autoformación, la importancia de ayuda entre todo el claustro ha sido determinante para salir adelante. Los conocimientos de cada uno han estado al servicio de todos los demás


Por ello, lo que más podemos sacar en claro es la importancia del trabajo en equipo entre docentes. Ha sido necesario trabajar codo con codo cada día de este curso para sacarlo delante de la mejor forma posible. Diferentes habilidades, puntos de vista, conocimientos de las asignaturas... horas y horas hablando de cómo hacer las cosas mejor estos meses.
No por los propios docentes, si no por los alumnos, que no tienen culpa de que el Sistema Educativo sea un cúmulo de leyes y papeleo. La ayuda entre profesores, independientemente de la etapa, ha sido clave para acabar el curso orgulloso de cómo hemos gestionado esta crisis.



La escuela es un mundo en cambio desde hace varios años, tratando de cambiar el tipo de enseñanza tradicional a otra en la que tengan cabida las Inteligencias Múltiples, las Competencias Clave, Proyectos, Coopeativo… Y se sabe que funciona. El reto para el curso próximo, es que “telefuncione”

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