Si. Lo sé. He estado muuuy
desaparecido.
Las razones os las podéis
imaginar. El primer trimestre es el volver, el papeleo y poner toda la
maquinaría en marcha. Y cuando por fin tienes todo preparado, has cogido ritmo,
los alumnos van respondiendo de maravilla a tu Gamificación… ¡BOOM!
El mago oscuro la lía y libera el COVID-19.
Hoy escribo porque doy comienzo a
un nuevo curso INTEF. Uno de ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) que se complementa perfectamente con el
anterior de Gamificación, ya que como vimos, la Gamificación suele ser el
envoltorio de un buen proyecto.
Centrándonos en la entrada de
hoy, veremos cómo ha sido la experiencia docente en tiempos de confinamiento,
pasando lo presencial al modo online.
Creo necesario partir de la idea
surgida hace unos años de que “los ordenadores sustituirán al docente, toda la
información necesaria está ya en internet”. Bueno, creo que tras esta crisis
sanitaria está bastante claro que eso NO es cierto.
Para empezar, el ser humano es un
ser social, necesita estar en contacto con los demás, aprender mediante
contacto directo. Si, internet y las redes sociales son un poderoso aliado al
aprendizaje. Pero solo eso, un aliado, un complemento. Nunca será el todo.
Si el ser humano no fuese social,
no habríamos abarrotado las terrazas en cuanto nos dieron oportunidad.
Si como adultos tenemos esa necesidad
de socializarnos, imaginaos en niños. Su aprendizaje es básicamente por imitación,
aprenden de lo que ven, de lo que tocan. Y no solo eso, la figura del maestro
va más allá del transmitir conocimientos. En la figura del maestro se engloban
aspectos no tangibles, como la paciencia, la confianza en el desarrollo de cada
alumno, el adaptarse a las necesidades de cada uno de los alumnos del aula. Y
sobre todo, el cariño que los niños necesitan para crecer completos en cada una
de las Competencias. Sin esa parte, sin ese afecto que cada maestro da a sus
alumnos, sería verdad que trabajamos con ordenadores en vez de con niños.
Pues hay “gurús” que pretenden llegar a eso.
Pues hay “gurús” que pretenden llegar a eso.
Sin embargo, no podemos obviar la
pandemia que se cierne sobre nosotros. La que hemos pasado y la que puede
repuntar el curso que viene. Tenemos que estar preparados para volver a
teletrabajar. Este confinamiento ha puesto a prueba las habilidades de adaptación
de todos. Nos hemos tenido que poner las pilas con las TIC, charlas online,
videoconferencias...
Dificultades
Este confinamiento ha pillado a
todos los sectores del país en fuera de juego, si me permitís el símil futbolístico.
Nadie estaba preparado para pasar tantos días en casa y “trabajando”, para
mantener cierta normalidad.
Miles de docentes pasaron de la
noche a la mañana de la pizarra y la tiza al ordenador. Un cambio demasiado
grande, a priori para ellos. Pero los maestros siempre están a la altura de las
circunstancias.
Nos hemos encontrado ante muchas e
inciertas dificultades. La primera fue la duración del confinamiento. Pocos pensábamos
al principio que fuera a durar más de 3 semanas.Y ese fue el primer reto, asumir
que íbamos a estar muchos días sin pisar el aula.
Después, tuvimos que afrontar
cómo llegar a todos nuestros alumnos. Alumnos, por supuesto, que no tienen el mimo
nivel, ni las mismas necesidades, ni la misma dotación tecnológica en sus
hogares.
“Avanzar materia, bueno, avanzar
pero no mucho, avanzar solo en lo que se pueda dar online, no avancéis solo repasar”.
Este ha sido el itinerario que hemos seguido. Mareados todo el día porque nadie
sabía qué hacer.
Para llegar a todos los alumnos
en esta nueva situación, los profes nos hemos convertido prácticamente de la
noche a la mañana en youtubers, aprendiendo sobre edición de videos, diferentes
aplicaciones de subida de archivos…
Horas y horas más allá de la
jornada laboral. Trabajando el doble para llegar a la mitad de alumnado.
Por ello, creo que esta crisis ha
sacado aún más a la luz problemas educativos que ya estaban ahí:
- · qué aprender
- · el reto de afrontar el tema de la desigualdad social no solo desde la escuela, sino en la misma sociedad
- · cuál es el papel que debe tener la tecnología en la educación
- · qué importancia real tiene la formación del profesorado
- · cómo evaluar lo aprendido
Oportunidades
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La necesidad de autoformación en
TICs en formato exprés durante el confinamiento ha sido la primera base para
saber utilizarlos de cara al nuevo curso, en el que “se supone” que habrá
momentos de teletrabajo. Y en esa autoformación, la importancia de ayuda entre todo el claustro ha sido determinante para salir adelante. Los conocimientos de cada uno han estado al servicio de todos los demás
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No por los propios docentes, si no por los alumnos, que no tienen
culpa de que el Sistema Educativo sea un cúmulo de leyes y papeleo. La ayuda
entre profesores, independientemente de la etapa, ha sido clave para acabar el
curso orgulloso de cómo hemos gestionado esta crisis.
La escuela es un mundo en cambio
desde hace varios años, tratando de cambiar el tipo de enseñanza tradicional a
otra en la que tengan cabida las Inteligencias Múltiples, las Competencias
Clave, Proyectos, Coopeativo… Y se sabe que funciona. El reto para el curso
próximo, es que “telefuncione”
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